Abre sus puertas “Un Viaje al Mictlán”, una experiencia inmersiva única del Día de Muertos

Fantasy Lab presenta la segunda edición de “Un Viaje al Mictlán”, una propuesta artística y tecnológica que rinde homenaje a una de las tradiciones más importantes de México: el Día de Muertos. La experiencia, que estará disponible del 26 de septiembre al 17 de noviembre en el sótano 2 de Plaza Metrópoli Patriotismo, invita al público a adentrarse en el inframundo mexica y recorrer los nueve niveles que, de acuerdo con la cosmovisión prehispánica, atraviesan las almas antes de alcanzar el descanso eterno.

Fantasy Lab

Durante 60 minutos, los visitantes se sumergen en un recorrido lleno de paisajes oníricos, símbolos ancestrales y escenarios que combinan arte, tecnología y tradición. Esta edición cuenta con la dirección artística de Eonora y la colaboración de artistas como Nilacort Art y José Luis Esquivel, quienes han creado espacios renovados y adaptaciones innovadoras para ofrecer un espectáculo visual y sensorial único. El costo de entrada general es de $390, mientras que para niños menores de 12 años será de $345. También se mantienen descuentos para adultos mayores con credencial del INAPAM y para estudiantes con credencial escolar vigente.

Entre las novedades más llamativas destaca “Mictlán de Noche”, una versión especial que se lleva a cabo los viernes y sábados en horario extendido de 20:30 a 1:00 am, con un costo de $450. En esta modalidad, los asistentes no solo recorren los nueve niveles del Mictlán, sino que se encuentran con personajes tematizados en vivo que enriquecen la experiencia con dramatización y ambientación realista. Al finalizar, la celebración continúa en el Club Nostalgia, donde DJ y música en vivo crean un ambiente festivo para compartir en familia o con amigos.

Fantasy Lab

Otro de los espacios más atractivos de esta edición es el Laberinto, con dinámicas interactivas y un modo Dark Ambient que recrea el Izmictlán Apochcalolca, la laguna de aguas negras donde, según la mitología, Cipactli y Quetzalcóatl libraron una batalla épica. A lo largo del recorrido también se encuentran escenarios renovados como el Tépetl Monamicyán (montañas que se juntan) y el Iztépetl (cerro de obsidiana), cada uno enriquecido con un trabajo audiovisual de gran impacto. Además, se incluye una jungla que alberga una ofrenda monumental dedicada a Tepellóyotl, el dios jaguar, guardián de esta dimensión.

El reconocimiento de esta experiencia trasciende fronteras. “Un Viaje al Mictlán” fue galardonada en los Telly Awards en cinco categorías: Diseño de Personaje, Dirección, Narrativa y Guion, Cultura y Estilo de Vida, y Experiencia Inmersiva con presupuesto limitado. Estos premios han posicionado la propuesta como una de las mejores experiencias inmersivas a nivel mundial, logrando poner en el mapa internacional una de las tradiciones más emblemáticas de México, donde la vida y la muerte se encuentran en un mismo plano festivo y de remembranza.

Mictlán

El recorrido por el Mictlán transporta a los asistentes por cada uno de sus nueve niveles míticos: desde el río custodiado por el perro xoloitzcuintle en Itzcuitlán, pasando por las montañas que se cierran en Tepectli Monamictlán, los picos afilados del Iztépetl o los vientos gélidos de obsidiana en Itzehecáyan, hasta llegar al lugar donde los muertos entregaban su corazón al jaguar en Teocoyohuehualoyan. El trayecto continúa con la travesía por el río de aguas negras en Izmictlán Apochcalolca, culminando en el Mictlán, morada de Mictlantecuhtli y Mictecacíhuatl, deidades que otorgan el descanso eterno.

De esta manera, “Un Viaje al Mictlán” no solo representa una propuesta de entretenimiento inmersivo, sino también una experiencia cultural que conecta a los visitantes con las raíces prehispánicas y con una de las preguntas más profundas del ser humano: ¿a dónde van las almas después de morir? En este recorrido, tradición y modernidad se unen para mantener viva una de las celebraciones más significativas de México, en un espacio donde el arte, la tecnología y la espiritualidad se entrelazan en un homenaje vibrante a la vida y la muerte.